Fertilizantes
Dieciséis elementos son esenciales para el crecimiento de una gran mayoría de plantas y éstos provienen del aire y del suelo circundante. En el suelo, el medio de transporte es la solución del suelo.
Los fertilizantes o abonos son sustancias de origen animal, mineral, vegetal o sintético, que contienen gran cantidad de nutrientes y se utilizan para enriquecer y mejorar características físicas, químicas y biológicas del suelo o sustrato; así las plantas se desarrollarán mejor.
Se los utiliza para aumentar la producción, reponer y evitar deficiencias de nutrientes y propender al mejoramiento sanitario de las plantas.
Si el suministro de nutrientes en el suelo es amplio, los cultivos probablemente crecerán mejor y producirán mayores rendimientos. Sin embargo, si uno solo de los nutrientes necesarios es escaso, el crecimiento de las plantas es limitado y los rendimientos de los cultivos son reducidos.
Los fertilizantes son necesarios para proveer a los cultivos los nutrientes que le faltan, a fin de obtener altos rendimientos los que se pueden duplicar o triplicar.
Tipos de fertilizantes:
Fertilizantes orgánico, natural, verde o abono:
Se forman a partir de procesos naturales en los que la mano del hombre no interviene o interviene muy poco. Pueden ser de origen mineral, vegetal, animal o mixto.
Este tipo de fertilizante se consigue mediante el tratamiento de la materia orgánica. Como materia orgánica se emplea cualquier tipo de elemento de origen vegetal, y en el suelo se transforma en humus.
El humus es la sustancia resultante de la degradación de los componentes orgánicos por los microorganismos que se encuentran en él. Es un material estable, ya que no se descompone más. Posee además un color negruzco debido al alto componente de carbono. Es por ello que se emplea como abono orgánico en los cultivos.
El abono es muy valioso, ya que la materia orgánica mejora la calidad del suelo, reduce la erosión del mismo, tiene un efecto regulador en la temperatura del suelo y le ayuda a almacenar más humedad, mejorando así su fertilidad.
El abono orgánico a menudo crea la base para el uso exitoso de los fertilizantes minerales. Haciendo esta combinación se ofrece a la planta las condiciones ambientales ideales para el cultivo, el abono mejora las propiedades del suelo y los suministros fertilizantes minerales proveen los nutrientes que las plantas necesitan.
Los abonos pueden ser a partir de estiércol de varios animales, yeso agrícola, residuos de cosecha, la lombricomposta o la composta. La mayoría son de acción lenta, pues proporcionan nitrógeno orgánico que debe ser transformado en inorgánico por las bacterias del suelo antes de ser absorbido por las raíces, la rapidez de acción dependerá del terreno y condiciones adecuadas de temperatura y humedad.
Fertilizantes organominerales
Es una mezcla de materia orgánica con nutrientes minerales (Nitrógeno, Potasio, Magnesio, Manganeso, etc.). Vienen normalmente granulados. Ideales para realizar una fertilización completa en el abonado de fondo en todo tipo de cultivos.
Fertilizantes Inorgánicos
Los fertilizantes inorgánicos son fertilizantes de origen mineral que son añadidos a la planta en una fórmula de gránulos. Estos fertilizantes proporcionan nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) directamente al suelo. La cantidad de estos químicos que están disponibles varían dependiendo del fertilizante añadido. Los paquetes de fertilizantes tienen un número de tres dígitos (0-0-0) impreso en ellos, que muestra el porcentaje de cada químico contenido en el fertilizante. El primer número es el N, el número del medio es el P y el tercer número es el K. Algunos fertilizantes inorgánicos proporcionan capacidades para matar la mala hierba o insectos al mismo tiempo.
Ejemplos de estos materiales son los fosfatos naturales, las rocas silíceas, el cloruro de potasio, la dolomita, la magnesita, el sulfato de magnesio (Kieserita), Sulfato de calcio (yeso agrícola), Carbonato de calcio, Patentkali (sulfato doble de potasio y magnesio), Sulfato de potasio, Sal potásica en bruto, Epsonita, Calizas dolomíticas, Magnesita, Rocas silíceas, desechos de desfosforación (Escoria Thomas), Fosfato natural blando (roca fosfórica), Fosfato aluminio cálcico, Azufre elemental, carbón mineral, entre otros.
Fertilizantes químicos y químico inorgánicos:
También conocido como abono químico es un producto que contiene, por los menos, un elemento químico que la planta necesita para su ciclo de vida. La característica más importante de cualquier fertilizante es que debe tener una solubilidad mínima en agua, para que, de este modo pueda disolverse en el agua de riego, ya que la mayoría de los nutrientes entran en forma pasiva en la planta, a través del flujo del agua.
Fertilizantes de lenta liberación
Su característica es que se disuelven poco a poco y van liberando para las raíces los nutrientes lentamente, a lo largo de varios meses. Esto se consigue por la propia formulación química o por cubrir las bolitas con una especie de membrana que dejan salir los minerales lentamente. Son más caros que los convencionales pero duran más. Ej.: Osmocote, Nitrofoska Stabil, Nutricote, etc.
Abonos foliares
El abono foliar se usa como complemento al abonado de fondo. Se aplica pulverizando la planta, esto para aportar micronutrientes: Hierro, Manganeso, Cobre, etc., ya que se precisan en pequeñísimas cantidades y se asimilan directamente por aplicarlos en la propia hoja.
Correctores de carencias
Se utilizan para corregir cualquier carencia concreta de un elemento o de varios a la vez que se pudiera presentar. Por ejemplo, si hay una carencia de Cobre, existe un producto rico en este elemento que lo corrige. Si la carencia es de varios a la vez también hay productos para ello. Algunos, llamados A+Z, llevan todos los microelementos que necesitan las plantas y cubren cualquier tipo de carencia de Hierro, Manganeso, Zinc, Cobre, Boro y Molibdeno.
Pueden ser aplicados vía foliar, en el agua de riego o incorporados al suelo. Sigue siempre las instrucciones que indica el fabricante en la etiqueta.
La diferencia entre alimentar a la planta mediante fertilizante orgánico o fertilizante químico, es comparable a que nosotros tomemos vitaminas comiendo fruta o hacerlo mediante pastillas.
En resumidas cuentas, la utilización de fertilizantes aplicados en los suelos, al ser de rápida absorción, ayuda a las plantas o a las cosechas a obtener todos los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo y a ser más resistentes frente a una plaga o una época de condiciones poco favorables.
Sin embargo, una de las desventajas de los fertilizantes químicos es que como no poseen materia orgánica(fertilizantes inorgánicos), un uso recurrente puede empobrecer el suelo y disminuir la porosidad, capacidad de amortiguamiento y friabilidad del suelo, disminuyen así la fauna bacteriana del suelo.
Entonces, una vez más todo dependerá del cultivador y de su experiencia y gusto al momento de criar a su planta. Lo importante es un buen lavado de raíz al final para eliminar todos los aditivos o fertilizantes que se emplearon en la planta, esto la limpiará y ayudará a que su sabor, al momento de degustar, sea el de la plata misma, no el de los fertilizantes que se usaron en su desarrollo.