Juegos olímpicos y Weed: Trascendiendo éticas y morales
La ética moral deportiva de alto rendimiento nunca se ha llevado muy bien, abiertamente, con el cannabis. En 1999, tras la creación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), se situó a la marihuana en la lista negra de las sustancias y prohibidas para los deportistas. Pasaron 14 años para que en el 2013 la AMA elevara el umbral permitido de marihuana en el cuerpo. De 15 nanogramos por mililitros a 150 nanogramos por milímetro. Es justamente en el antiguo umbral donde el destacado deportista de snowboarder, Ross Rebagliati de Canadá, tras conseguir medalla de oro en la Olimpiada de invierno de Nagano en 1998, fue casi despojado de su trofeo por estar 2,8 ng/ml por lo permitido en aquel entonces, que correspondía a 15 ng/ml. Hoy este deportista, gracias también un poco a lo publicitado que fue incidente olímpico weed que hoy tiene su propia marca de cannabis, Oro Ross (Ross Gold).
El año pasado AMA realizó 2.776 pruebas y solo cuatro atletas dieron positivo. Esto no fue mayor debido a que el límite THC en la sangre que estaba permitido subió 10 veces su permisividad. Otro caso es el del polémico nadador que en el 2009 fue sorprendido consumiendo marihuana en un bong, nos referimos a Michael Phelps, quien tras una fotografía que dio vuelta al mundo y dio qué hablar fue descalificado durante tres meses de la competición y además perdió el patrocinio de la importante marca de cereales, Kellogg’s.
Los juegos olímpicos de Tokio del 2020 no están exentos de expectativas y futuras polémicas al respecto de la weed. La popularidad de la marihuana en la subcultura de los “skaters” se especula que va a dar para comentar. Así lo plantea Tas Pappas, uno de los mejores skaters del mundo en los 90, quien expuso un punto controversial que podría desarrollarse en los próximos juegos olímpicos: “Me pregunto cómo podrá funcionar en cuanto a lo de la ‘hierba’, puesto que algunos chicos ejecutan sus trucos drogados y, si tuvieran que dejar de fumar por una sola competición, eso podría afectar a su actuación”, dijo Pappas. Se abre también en este tema la puerta a hablar abiertamente sobre la relación deportista- cannabis sin tener que ser juzgado y sancionado moral y éticamente. Punto importante de poder ser auténtico y no tener que ocultar información de las vidas privadas en un foro de discusión, entrevista, o conversación de pasillo. Es lo que le ocurrió este año a Usain Bolt, atleta medalla de oro este año en los Juegos, quien en una entrevista reconoció haber fumado en varias ocasiones weed. A los patrocinadores no les causó ninguna gracias tal comentario así que presionaron al deportista a que se disculpara ante los fans y entregara un mensaje moralista a los jóvenes deportistas con respecto al daño que provocan las drogas. Aquí claramente hubo una manipulación de principios, ética y moral de un ser humano con respecto a una postura de ser un ser libre de poder decidir que quiere para sí y poder hacerlo.
No existen pruebas que determinen los efectos negativos del cannabis en el desempeño de los deportistas de alto rendimiento. Tampoco existen pruebas para afirmar que no pasa nada o que no sirve para potenciar el entrenamiento. Lo que importa aquí es el espíritu olímpico y hacer que este no se vea dañado por sustancias, ni pensamientos, ni moral ni éticas de conveniencia personal.
Las fronteras y límites están cambiando, las relaciones de las sociedades y la marihuana están fluyendo, así lo demuestra empíricamente la AMA, por lo que el cannabis no es un enemigo de los deportistas ni del espíritu olímpico. Hay que abrirse a investigar, explorar y por sobre todo aceptar que los cuerpos son distintos y el profesionalismo y la técnica de cada quien es saber qué debo y qué no debo hacer o consumir para dar lo mejor de sí.