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Fitofármaco, la puerta del bienestar!

Últimamente se encuentra en el centro de la mesa la influencia y controversia social que ha causado la masificación del uso del aceite de marihuana como medicamente de cabecera para tratar ciertas enfermedades.

El ochenta por ciento de la población mundial satisface las necesidades de salud usando hierbas y plantas, esto según la Organización Mundial de la Salud.

Este alto porcentaje se deriva del uso que ancestralmente el ser humano y algunos animales han incurrido a través de las plantas como materia prima en fármacos para aliviar malestares, curar enfermedades y ayudar en la salud en general.

No hay que olvidar que los doctores actuales son los antiguos chamanes, o por lo menos así debería ser en la actualidad, doctores más chamánicos. Pero tranquilos, vamos caminando hacia ese lugar a paso firme.

Esta ciencia ancestral se le llama “Fitofarmacología” que es más profundo que una simple “agüita de hierbas”, aunque la agüita también sirve para muchas cosas en pos de la salud. El fitofármaco es el producto: “Fito” procede del griego y significa planta, “fármaco” es el medicamento. Por lo tanto son medicamentos vegetales o preparaciones obtenidas a partir de ella.

En nuestra actual realidad social se está potenciando cada vez más esta manera “alternativa”, como se piensa ahora, de aliviar nuestros males, desde los físicos hasta los corporales y mentales.

La fabricación de estos remedios naturales, a partir de arbustos, árboles o pepas de frutos cuenta con la misma tecnología avanzada utilizada por los laboratorios clínicos que hacen medicamentos alopáticos (con ingredientes sintéticos o que sólo extraen uno o dos compuestos del vegetal medicinal, los aíslan y los sintetizan).

Boticas de medicina mapuche, Flore de Bach, Homeopatía, concentrados naturales en cápsulas y el tan controversial uso de la cannabis, específicamente el aceite, son las formas cercanas que están más a la mano para poder tratar las dolencias en base a esta ciencia milenaria que día a día abre más puertas y posibilidades de reencontrarnos con la naturaleza y disponernos bajo su alero de cuidado sin ponerle tanto tapujo ni obstáculos. La buena disposición al remedio es el gran secreto para la cura de cualquier mal y la naturaleza nos lo manda a través de sus plantas interpretadas por el hombre quien crea en conjunto con ella los fitofármacos.

Estos remedios de compuesto natural no necesitan receta médica, por lo que es de mucha importancia que quienes los venden sepan en profundidad los componentes y dosis según lo que la persona necesita tratar.

Esta razón es una de las principales al hablar de una educación holística ya que se necesitan más especialista que se dediquen a la administración consiente de estos fármacos. Lo que lleva a solicitar en las mallas de educación superior o técnicas al respecto de este oficio, que incorporen ramos enfocados a la fitoterapia, fitofarmacología.

El aceite de cannabis junto con otras formas utilizadas en fitoterapia son la mano que nos invita a conectarnos con la esencia, con el espíritu de lo creado, con la energía sutil. Y en estrecha relación con esto el cultivo de plantas, sobre todo medicinales, estrechan aún más esta reconexión y más allá de conocer el para qué sirve, se incorpora el conocimiento del desde dónde viene y para dónde va.

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