La migraña y el cannabis
Muchas personas en el mundo, cerca del 5% de la población mundial, padecen de migraña.
Es una alteración nerviosa que se presenta repentinamente y que provoca dolores punzantes en la cabeza. Tal es el dolor que pueden ir acompañados de náuseas, vómitos e hipersensibilidad a la luz.
Los ataques de migraña pueden durar horas a días, su origen es todavía confuso y existen más de treinta posibilidades al respecto. Como el diagnóstico es confuso, es decir, el médico detecta migraña, pero no sabe cuál es el origen, es que existen alrededor de doce tipos de medicina distintas que se utilizan en el tratamiento de esta cefalea extrema.
Los sedantes que se recetan, como Phenobarbital, o tranquilizantes menores como Valium y Activan, llevan consigo una larga lista de efectos secundarios, tales como: la dependencia, la posibilidad de efectos negativos en la función cognitiva, salud física, salud mental, problemas de memoria, cambios de humor, sobredosis cuando se combinan con otras drogas.
Tradicionalmente, los medicamentos usados para calmar los ataques de migraña eran derivados de los opiáceos, subproductos entre cuyos efectos secundarios se cuenta uno fundamental: la incapacidad de mantener la mente lúcida y seguir con normalidad el ritmo de vida cotidiano.
También existen medicinas inyectables como la Demerol y la Ergotamina para controlar los ataques de migrañas.
Paralelo a este tratamiento, se ha comprobado que el cannabis es sin duda la alternativa amable a corto y a largo plazo dando resultados alentadores para quienes padecen de esta enfermedad y quieren encontrar un tratamiento efectivo sin efectos secundarios invasivos.
Una de las sustancias químicas que intervienen en este proceso es la serotonina, compuesto que el consumo de THC (parte psicoactiva de la marihuana) estimula.
El uso del cannabis contra la migraña está bien documentado y era frecuente su uso en preparados de farmacia antes de la prohibición de 1937.
Edie L, un corredor de bolsa de treinta y ocho años y antiguo estudiante de derecho, ha descubierto que el Cannabis puede minimizar los efectos de una migraña. Descubrió que la marihuana le ofrecía alivio. Además, se dio cuenta que los efectos secundarios de esta eran mínimos en comparación con el sin fín de pastillas que tenía que tomar normalmente. Motivado por esto, buscó, hasta que encontró, a un médico que podía recetarle Marinol un tipo de cannabis de ingesta oral. Luego de este tratamiento, los dolores de cabeza se disolvieron.
Esta pastilla no te deja subido como un cigarrillo de marihuana, pero la lista de efectos secundarios negativos es un tanto más extensa.
A ser por consumo oral, su efecto se tarda aproximadamente dos horas en hacer efecto, algo que a quienes padecen de migraña no les parece, ya que los dolores de cabeza son repentinos e intensos, por lo que tener un alivio más inmediato y si efectos secundarios malignos es importante, por lo que esto, sumado a que su valor es elevado, definitivamente, no es, al igual que la medicina tradicional, la mejor opción.
Así aparece la hipótesis que fumar o inhalar las propiedades medicinales a través del humo del cannabis por medio de un vaporizador o cigarro, es la manera más rápida y efectiva de diluir este malestar agudo.
Aún se están realizando investigaciones al respecto. Y por lo demás los cannabinoides que se encuentran en el Cannabis también pueden ayudar en la lucha contra el cáncer, las convulsiones, ADD y ADHD, el Alzheimer, la Enfermedad de Crohn y muchos otros más.
Hasta este momento, y en la medida que se profundiza más en la investigación del cannabis y su medicina, es más asertiva y certera la idea de tener ante nosotros una planta más poderosa de lo que imaginamos.