Lucas Riffo, El primer bebé en Latinoamérica en ser autorizado clínicamente para tratarse con aceite de cannabis
El primer mes de vida de Lucas Riffo estuvo lleno de intervenciones, análisis y observación médica. Esto entre exámenes, medicamentos y pronósticos de vida.
La llegada a este mundo fue de manera libre y natural. Sin embargo tuvo que ser trasladado de urgencia a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Santa María con tan solo tres días de vida. Su cuerpo no paraba de tener un estado de epilepsia y las convulsiones a causa de esto, no cesaban y se prolongaban cada vez más en el tiempo.
Treinta y seis millones de pesos es lo que los padres de Lucas quedaron debiendo en la clínica, la cual dejó ir a casa al pequeño como parte de una “alta compasiva”, ya que el desahucio estaba decretado por parte de los médicos de esa institución.
Poco después de su alta el pequeño Lucas, con tan solo tres meses de edad, tuvo que volver a ser internado, pero esta vez en la UCI del Hospital Calvo Mackena.
Gabriela Reyes, madre de muchacho, vio por televisión la historia de Charlotte, historia que llenó de esperanza a los padres, ya que la niña mexicana había recibido una autorización clínica para poder usar en su tratamiento contra una variante de epilepsia infantil llamada: Síndrome de Lennox, la cual tiene los mismos síntomas que los que tenía Lucas. “Nos pareció lógico y cuerdo el tratamiento, más en nuestra situación de tener un hijo desahuciado y que lo mandaron a morir a la casa”, dice Gabriela.
Así fue como los padres de Lucas llegaron a Fundación Daya, en su afán de instruirse más sobre el cannabis medicinal. “En la Fundación nos entregaron información muy valiosa. Como no había registro de guaguas que usaran cannabis medicinal, tuvimos que ir probando con distintas dosis”, señala Jorge Riffo.
Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de la organización y Nicolás Dormal, director de desarrollo, se comprometieron con esta familia, así como con todas las que se acercan a la fundación en busca de ayuda, los contuvieron y comenzaron a trabajar inmediatamente en el proceso de recuperación de Lucas.
La pareja Riffo Reyes, tras la decisión de tratar a su hijo con cannabis medicinal, compartieron la resolución familiar con el médico Marcelo Devilat, Jefe de Neurología del hospital en aquella época, quien apoyó la iniciativa y la administración del aceite ya que estaba informado sobre los beneficios de la planta en algunos tratamientos de enfermedades, sobre todo en las que respectan a la epilepsia y sus variedades. “Gracias a esto, logramos una tranquilidad administrándole con permiso médico el cannabis. Las primeras dosis fueron en acuerdo con el neurólogo a cargo. De esta manera Lucas llegó a tener cero crisis”, relata su padre.
Ya han pasado casi tres años desde que el pequeño nació y casi tres años desde que la Clínica Santa María lo desahuciara. Hoy en día Lucas goza de una buena salud, pasando de 300 convulsiones diarias a tener convulsiones ocasionales. Algunos días son buenos y otros no tanto, sin embargo la calidad de vida de él y su familia ha mejorado considerablemente. El cannabis medicinal les dio resultado y Lucas está vivo y feliz en salud y amor.
Aún no se puede tratar al muchacho solo con cannabis medicinal, debido a que, según cuenta Jorge, su padre, los fármacos tradicionales deben administrarse para no alterar el organismo de Lucas y provocarle un daño peor.
En el comienzo de su tratamiento con cannabis Lucas estuvo seis meses sin presentar convulsiones. En la actualidad las convulsiones han vuelto y no se ha podido volver a “cero convulsiones” nuevamente, sin embargo pueden pasar semanas sin un episodio convulsivo, y cuando se presentan, no son más de cuatro al día, versus los 300 que debieron soportar años atrás.
“La ciudadanía no debe regirse por los estereotipos tradicionales. El cannabis es parte del conocimiento que debemos tener, así como también debemos saber qué comemos y por qué”.
Los padres de Lucas quieren que su historia se haga pública y compartir su experiencia y sus aprendizajes con respecto a la marihuana y a la información de las medicinas alternativas. “Debemos entender que la medicina puede salir de una planta, sin a veces mirar su nombre, su estigma. La información es poder”, afirma Jorge Riffo.
Solo nos queda alentarlos aún más y darles fuerza en esta aventura de ser padres y tener la misión de buscar cura para su hijo, rompiendo barreras externas y por sobre todo, las propias. A traspasar los límites por una vida mejor y de calidad!